Vivimos en dualidad, y dentro de nuestro Ser ya existe la creación perfecta, pero en nuestro propio apego creamos una personalidad opuesta a la personalidad divina.
Empujamos nuestros pensamientos hacia nuestro subconsciente, y este no puede expandirse por el miedo. El miedo es aquello que nos proporciona una falsa personalidad, pero también es aquello que podemos dejar ir y que puede morir.
La realidad verdadera es fundamentalmente tu verdad, a la que la persona pertenece. Esta radiancia proviene precisamente de cuando estamos relajados.
La felicidad proviene de la relajación, y hay dos maneras de obtener la felicidad. Una es perseguir constantemente y locamente tus deseos, y la otra es dejar que tus deseos te llenen.
Este camino es cuando te das cuenta de que eres parte del infinito. El universo no puede ser bello sin ti, tú eres parte de la belleza del universo.
Si te relajas en esta sensación de aceptar lo desconocido, el 75% de tu tensión se irá.
¡Nos vemos en la clase!
Sat Nam.
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